11 marzo 2017

Confesión 11160

Confesión 11160
Hace un tiempo, quedé solo en mi hogar, así que decidí pasar el rato con una pajita... wea típica. Dejé fluir la imaginación, acabé, me fumé un cigarrito y me puse a ver weas en Facebook. En eso llego a un artículo del punto G masculino y lo placentero que puede llegar a ser... me quedé pensando y dije por algo estará ahí, así que mi científico interior me dijo que todo debe ser probado en esta vida.
Analizando la situación, ni cagando me metía el dedo así que empecé a buscar en pelotas por la casa qué meterme por el culo. No encontré nada, ya me daba por vencido hasta que encuentro una inocente papa de tamaño considerable. Tomé un cuchillo y empecé a darle forma, obviamente disminuyendo su grosor, pero no su largo. Busqué el instrumental adecuado: espejo, crema (no quedaba lubricante), condón, papa y las ganas. Y obviamente una limpieza jajaj.
Pongo el espejo, ubico el culo, lubrico la zona, estimulo un poco (aquí ya estraba a dudar por lo que estaba haciendo) y con preservativo puesto en la papa comienzo el ingreso del dildo natural. Dolía, sí. Era raro, sí; sentía que cagaba. En eso toco cierta zona, la cual buscaba.
Weón, debo decir que era una sensación tan rica y desconocida, así que seguí, con un ritmo de primerizo: lento pero seguro. Rico wn. Me calenté más que la mierda! Llegaba a sudar y comencé a pajearme y paf! Mi semen volaba, manché toda la pared, mi cara, era mucho. Creo que ese fue el orgasmo provocado por mí más grande de la historia.
No lo he vuelto a repetir, pero creo que lo haré.
Aclaro que no soy gay, pero fue una wea que no puedo negar, me gustó jugar con el dildo de papa.
- Bueno, lo probaste y te gustó. Eso no significa ser gay. Pero, ¿Una papa con forma de wañaño? ajjaja igual es poco higiénico pero con el condón salva. Mejor autoregálate un dildo e.e -Sita Garrison

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